El otro día hablé en esta entrada del gran personaje que es
Sherlock Holmes. Hoy hablaré de la serie inglesa que ha decidido recuperar el
personaje.
Lo bueno de la serie son las continuas referencias a los
libros. Me emociono cada vez que titulan a un capítulo “estudio en rosa” o que
Moriarty utiliza cinco pitidos de la señal horaria como cinco semillas de
naranja para anunciar la muerte de alguien. También me gusta que hayan
modernizado la historia. Me gusta ver a Holmes con un teléfono móvil utilizando
internet para investigar un asesinato o enviando sms a Mycroft. Me gusta que
Watson escriba un blog en vez de un artículo. Pero esto es todo lo que me
gusta.
¿Qué es lo que no me gusta?
Que Holmes no es Holmes. Holmes es adicto a la heroína, no
lleva parches de nicotina para dejar de fumar. Eso nunca lo haría Holmes.
Tampoco se ha disfrazado ni una sola vez, ni ha puteado a nadie. El jefe de
policía lo adora (¿desde cuándo Lestrade adora a Holmes?) y el resto no lo
aguantan, pero no se sabe por qué. Además, los personajes secundarios también
han cambiado. Mycroft trabaja para el Gobierno (en los libros asesora al
Gobierno, pero apenas sale de su casa) y quiere controlar a Sherlock, por lo
que este no lo aguanta. Los hermanos se llevan mal y eso no me gusta.
Y ahora es cuando tengo que decidir si hablar de Moriarty.
¿Hace falta que diga lo que no me gusta de él? Es afeminado y con un fuerte
complejo que le viene de la infancia. En realidad, Moriarty es el mal puro, tan inteligente
como Sherlock y por eso este disfruta tratando de atraparlo.
¿Por qué voy a seguir viendo la serie a pesar de que no me
acaba de convencer? Por los punto que he puesto en el segundo párrafo y porque
Sherlock Holmes es Sherlock Holmes y con un mínimo que respeten al personaje o
hagan referencias literarias, va a ser bueno.
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